
Por: Isaac Fuentes.
Julio César Chávez González, es tal vez el nombre más importante en el mundo del deporte mexicano, solo comparado con Hugo Sánchez y no es para menos, el pugilista nacido en Obregón Sonora logró conquistar el corazón de los mexicanos y del mundo entero con su estilo avasallador y sus golpes explosivos y certeros que acababan con sus rivales como si tuviera un arma en sus puños, “ver a Julio arriba del ring era un verdadero deleite, un placer”, son las palabras que dicen las personas al preguntarle sobre Chávez, y no es para menos 107 peleas ganadas y 86 fueron por la vía del nocaut, una cifra impresionante si consideramos que “El Cesar” del boxeo logró un récord invicto de 89 victorias sin derrota, algo que parece sacado de un videojuego.
El máximo referente en la historia del boxeo en nuestro país, no solo es un ex deportista, es un ídolo en México y el mundo, el hijo de un maquinista de ferrocarriles y una trabajadora del hogar nunca pensó llegar a lo que es ahora, y lo que representa su nombre en todo el mundo, él no quería ser boxeador, ya que tenía el ejemplo de sus hermanos mayores, quienes llegaban siempre golpeados y cansados para poder ganar unos pesos, cosa que “el Cesar” no quería repetir, pero la necesidad y la falta de recursos hicieron que se inclinara por ese camino, peleando en la calle y en los cuadriláteros, sus grandes condiciones lo llevaron rápidamente al boxeo amateur, pero Julio quería más como todos los mexicanos que no tienen privilegios, que claro, son la mayoría, Chávez solo buscaba ser boxeador para sacar adelante a su familia y salir de la miseria y pobreza en la que vivía, el 2 de febrero de 1980 comenzó la leyenda del Gran Campeón Mexicano. “Agresivo”, “aniquilador”, “contundente”, adjetivos que describen a Julio arriba del ring, el ejemplo claro y representante del estilo mexicano, que con 34 victorias empezó a formar su legado, llamado la atención de “los gringos” llevándolo a pelear en Estados Unidos, donde ganó fácilmente y en 1984 consiguió su primer título mundial del CMB en contra del también mexicano Mario “Azabache” Martínez con tan solo 22 años de edad, Julio había llegado a solo la punta del Iceberg de una carrera que sería inigualable en el mundo del boxeo, había llegado Julio César Chávez González y lo haría para quedarse.
9 ocasiones son las que Julio defendería el título de los superpluma con sangre, sudor y mucho coraje, siendo totalmente superior a sus rivales, venciendo entre esos 9 a Roger Mayweather, tío del autodenominado “mejor de la historia” Floyd “Money” Mayweather, con 3 años de reinado en la división de los superpluma, adivinen; claro Julio quería más y así es como decide migrar a los pesos ligeros, un peso donde Julio fue víctima hasta de brujería según los rumores y es por cosas cómo estás qué las historias del deporte y lo que puede generar un ídolo son realmente fascinantes, tan fascinantes que es por cosas como esa que Chávez patentó la famosa cinta roja en la cabeza, como cuestión de cábala para evitar la brujería que según le hacía la madre de su rival Edwin Rosario, una víctima más del boxeador mexicano quien logró granar la pelea con todo y brujería y así logró coronarse campeón del mundo en una nueva categoría en 1987, un año después el “Zurdo” Ramírez también sucumbió ante los puños de Julio y así “El Cesar” del boxeo unifica los títulos del peso ligero.
Pero esto no se iba a quedar solo ahí, porque Julio iba por más y más y más, así es como decidió dejar vacante sus dos nuevos títulos y emigrar ahora a los superligeros, ahí tendría que vencer a un viejo conocido, Roger Mayweather quien era un hombre invicto y diferente, pero eso no le importó a Julio, igual lo terminó venciendo, siendo campeón en tres categorías distintas, pero estoy seguro de que tú ya sabes lo que quería el apodado “Gran Campeón Mexicano”, quería más y con un récord de 60 victorias y 50 por nocaut, lo mejor estaba por venir. El título de “mejor libra por libra” estaba esperando un nuevo rey con la caída de Mike Tyson y Julio iba por él, el 17 de Marzo de 1990 Julio enfrentó a Meldrick Taylor una de las peleas más difíciles y más polémicas de Chávez, ya que ganó la pelea a dos segundos de terminar la ardua batalla donde iba perdiendo en las tarjetas, sin embargo el coraje del boxeador mexicano lo sacó a flote y ganó la pelea, solo Rocky Balboa era capaz de algo así para la gente, pero ahora Julio César Chávez podía hacerlo y no en una película.
Julio seguía impactando al mundo del boxeo con su récord, parecía que nadie podía vencer a Julio, era un héroe sin capa, un superhéroe de carne y hueso, una figura en México, ¿quién sería el valiente que podría terminar con él? Es una gran pregunta y cómo en todas las películas, ya que parecía que Chávez había salido de una, el campeón tenía “enemigos” que querían terminar con él y es ahí cuando el puertorriqueño Héctor “Macho” Camacho salta al ruedo para provocar al mexicano, una pelea que provocaba emoción con tan solo saber que era un mexicano vs. un puertorriqueño, dos de las academias de box más grandes a nivel mundial, algo que se convirtió en algo personal debido a los constantes ataques y ofensas del “Macho” a Chávez, esto hizo que Julio saliera al ring a devorarlo en vida, Julio venció de principio a fin al puertorriqueño, no tuvo rival y con esto tenía en la bolsa su victoria 82, algo que menciono y sigo sin poder asimilar bien, sobrehumano, sobrenatural, de cuento de hadas, de videojuego y todos los adjetivos que puedas ponerle, una leyenda, pero ¿qué más puede hacer una leyenda? Claro, marcar el récord de asistencia en un evento de boxeo de pago, abarrotando con más de 100 mil personas el Estadio Azteca, pero no todo en la vida es claridad y felicidad, las adicciones empezaron a terminar con el físico de Julio, primero un empate ante una decisión polémica y después la primera caída a la lona en toda su carrera propiciada por Franky Randal, con ello poniéndole fin a la racha invicta de 90 peleas sin derrota, 89 victorias y un empate, la caída del máximo exponente en el mundo del boxeo mexicano comenzó en caída libre, aunque seguirá pelando hasta lograr las 107 victorias, la carrera de Chávez se vio manchada por los vicios que terminaron ganándole la batalla, pero no la guerra, “El Gran Campeón Mexicano” se retiró en 2005 dejando un legado impresionante y siendo el máximo ganador en la historia del boxeo, una carrera que aunque manchada no deja de ser impresionante y única solo 6 derrotar, 107 victorias y dos empates, sin duda alguna un héroe nacional, un erudito del deporte y sobre todo una leyenda viva y eterna.










